La exfoliación es la parte más importante del cuidado de la piel, y la que más beneficia a la piel. Una buena hidratación ya su vez una buena exfoliación hacen que la piel sea más sana y atractiva.
Confieso que la exfoliación es lo que más me cuesta hacer. No tengo mucha paciencia para estar masajeando la piel, me resulta cansador y los productos para este proceso no siempre son los mejores. O son muy difíciles de aplicar, o duelen o no dejan el resultado esperado.
Sin embargo, reforzamos la idea de que la exfoliación es importante, ya que se encarga de la renovación de las células del rostro y ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel. Otro beneficio es la eliminación de impurezas que son las principales causas de las manchas de la edad, la grasa y la falta de servicio en la piel. De esta forma, la piel queda más suave y lista para la hidratación. Además, este también es uno de los pasos importantes para suavizar marcas como las manchas del acné.
La exfoliación se puede realizar en cualquier tipo de piel, pero es necesario consultar a un dermatólogo para saber la frecuencia adecuada para exfoliar. Para pieles grasas, se suele recomendar su uso entre dos y tres veces por semana; pieles secas, una vez es suficiente. El uso excesivo para pieles grasas secas puede causar problemas, debido al efecto rebote, la piel se volverá aún más grasa.
La aplicación es sencilla, con el rostro húmedo, aplicar el producto suavemente, realizando movimientos circulares, aclarar con agua tibia/fría y limpiar el producto, continuando con los movimientos hasta su completa limpieza. Al final, solo aplica una crema hidratante y tu ritual de belleza estará completo. Repite el proceso de 1 a 2 veces por semana.
Para aquellos que están en mi club y piensan que la exfoliación no es agradable porque duele o los productos no son buenos, esperen y verán. Te gustará lo que viene. No habrá más excusas.
